Me encuentro descansando…una buena taza con café o prefiero un buen vaso con refresco?...no soy muy afecto al café, asi que a la fuerza tomare refresco.
Y esto me recuerda cuando estuve en Chile, visitando la Universidad Nacional de este bello país...visitaba la universidad solo por curiosidad y me encontré por azar del destino con la persona de Domingo Amunategui y Solar, oh si¡…un gran literato y político chileno y por si fuera poco ministro en varias ocasiones. Leí su obra, “Bosquejos históricos de la literatura Chilena” y lo disfrute tanto que quise hacer lo mismo…un bosquejo con la literatura Mexicana pero para ser mas que honesto nada que ver…me fallo…me inspiro tanto su obra que me hice el propósito de hacer algo al menos parecido pero aun estoy en ese proceso. Cuando lo conocí en la cafetería de la universidad mi refresco caía al piso al cruzar palabras con el…traía en su mano una revista con la historia de otro gran personaje y amigo que mis ojos también conocieron y por la cual me entere que eran también grandes amigos…”¿Conoces a Roald Amundson?”, me pregunto con esa voz tan peculiar…”¡Por supuesto!” mi contestación inmediata, el rostro de Domingo empezó a amunucarse creyendo que lo estaba engañando…”No se enoje rector…es verdad…conozco a Roald” y seguí…”Lo conocí en el río Amur en Asia…ahí supe que Roald era un explorador noruego y el primer hombre en conocer el Polo Sur”, el rostro de Domingo cambio cuando me dijo que Roald había muerto hace muy poco en la Antártida…de inmediato el ambiente comenzó a amurrarse…una gran tristeza se sintió…”Voy a dar una conferencia sobre los descubrimientos de Roald…quieres venir?” me dijo Domingo sosteniendo fuertemente la revista con la foto del que hace mucho tiempo fue un gran amigo…aun con el dolor en mi pecho moví positivamente mi cabeza y en silencio seguí a Domingo por gran parte de la universidad…
En el trayecto al auditorio donde se daría la conferencia, me vino a la mente la imagen de un amigo amusgo, mixteco por nacimiento que perdió todo por el frío en la Sierra de México, imaginaba a Roald talvez congelado en la Antártida, este amigo mixteco solo se comunicaba en su lengua natal…el Ling…no comprendía muchas cosas que me decía, pero sus hechos y el dolor de haber perdido todo…familia y casa, lo decían todo.
En ese momento quería saltar de una amuza y olvidar el gran dolor de mi corazón…no sentía que estuviera caminando, mis pasos parecían no llevarme a ningún lado…si en ese momento tuviera para medir la distancia que recorrí, me imagino que seria nada…tuve que frenarme un momento en el pasillo, un pasillo con las paredes tapizadas de varias fotos de personajes importantes en la historia universal e importantes para este hermoso y gran país como lo es Chile, me llamo mucho la atención que al final del pasillo se encontraban tres “Anas” que conocí en esos viajes locos…Santa Ana, esposa de San Joaquín el cual la verdad no me simpatizo en nada, un hombre muy frío y déspota…en cambio Santa Ana muy agradable de conversación y de sentimientos nobles. Ana de Austria, muy alegre y siempre tratando de ayudar a la gente, lo malo de ella es que fue la cuarta esposa de su tío Felipe II y por lo consiguiente se canso de su “tío-esposo” y se dedico a “disfrutar” a otros conocidos por desamor…que malo. Y la más encantadora…Ana Bolena, reina de Inglaterra…llevo una vida muy agitada e interesante, una mujer bellísima y codiciada por varios hombres, reyes, duques, condes y demás hombres pomposos y adinerados de ese entonces…la acusaron de adulterio y poco después la decapitaron en la Torre de Londres.
Aun seguía a Domingo…pero la verdad, por el gran dolor y recuerdos que tenia por Roald…fue una invitación que acepte pero sin mucho animo.
Hoy la verdad no tenía nada que decir… (EVM).
Y esto me recuerda cuando estuve en Chile, visitando la Universidad Nacional de este bello país...visitaba la universidad solo por curiosidad y me encontré por azar del destino con la persona de Domingo Amunategui y Solar, oh si¡…un gran literato y político chileno y por si fuera poco ministro en varias ocasiones. Leí su obra, “Bosquejos históricos de la literatura Chilena” y lo disfrute tanto que quise hacer lo mismo…un bosquejo con la literatura Mexicana pero para ser mas que honesto nada que ver…me fallo…me inspiro tanto su obra que me hice el propósito de hacer algo al menos parecido pero aun estoy en ese proceso. Cuando lo conocí en la cafetería de la universidad mi refresco caía al piso al cruzar palabras con el…traía en su mano una revista con la historia de otro gran personaje y amigo que mis ojos también conocieron y por la cual me entere que eran también grandes amigos…”¿Conoces a Roald Amundson?”, me pregunto con esa voz tan peculiar…”¡Por supuesto!” mi contestación inmediata, el rostro de Domingo empezó a amunucarse creyendo que lo estaba engañando…”No se enoje rector…es verdad…conozco a Roald” y seguí…”Lo conocí en el río Amur en Asia…ahí supe que Roald era un explorador noruego y el primer hombre en conocer el Polo Sur”, el rostro de Domingo cambio cuando me dijo que Roald había muerto hace muy poco en la Antártida…de inmediato el ambiente comenzó a amurrarse…una gran tristeza se sintió…”Voy a dar una conferencia sobre los descubrimientos de Roald…quieres venir?” me dijo Domingo sosteniendo fuertemente la revista con la foto del que hace mucho tiempo fue un gran amigo…aun con el dolor en mi pecho moví positivamente mi cabeza y en silencio seguí a Domingo por gran parte de la universidad…
En el trayecto al auditorio donde se daría la conferencia, me vino a la mente la imagen de un amigo amusgo, mixteco por nacimiento que perdió todo por el frío en la Sierra de México, imaginaba a Roald talvez congelado en la Antártida, este amigo mixteco solo se comunicaba en su lengua natal…el Ling…no comprendía muchas cosas que me decía, pero sus hechos y el dolor de haber perdido todo…familia y casa, lo decían todo.
En ese momento quería saltar de una amuza y olvidar el gran dolor de mi corazón…no sentía que estuviera caminando, mis pasos parecían no llevarme a ningún lado…si en ese momento tuviera para medir la distancia que recorrí, me imagino que seria nada…tuve que frenarme un momento en el pasillo, un pasillo con las paredes tapizadas de varias fotos de personajes importantes en la historia universal e importantes para este hermoso y gran país como lo es Chile, me llamo mucho la atención que al final del pasillo se encontraban tres “Anas” que conocí en esos viajes locos…Santa Ana, esposa de San Joaquín el cual la verdad no me simpatizo en nada, un hombre muy frío y déspota…en cambio Santa Ana muy agradable de conversación y de sentimientos nobles. Ana de Austria, muy alegre y siempre tratando de ayudar a la gente, lo malo de ella es que fue la cuarta esposa de su tío Felipe II y por lo consiguiente se canso de su “tío-esposo” y se dedico a “disfrutar” a otros conocidos por desamor…que malo. Y la más encantadora…Ana Bolena, reina de Inglaterra…llevo una vida muy agitada e interesante, una mujer bellísima y codiciada por varios hombres, reyes, duques, condes y demás hombres pomposos y adinerados de ese entonces…la acusaron de adulterio y poco después la decapitaron en la Torre de Londres.
Aun seguía a Domingo…pero la verdad, por el gran dolor y recuerdos que tenia por Roald…fue una invitación que acepte pero sin mucho animo.
Hoy la verdad no tenía nada que decir… (EVM).
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